Aprendiendo en casa
- Lic Florencia Flores
- 26 may 2020
- 3 Min. de lectura
Ya nos instalamos en “Cuarentena-mood”, nos comenzamos a adaptar y poner a prueba nuestra paciencia. Lo que hoy en día sigue siendo una preocupación y está en boca de todos es la educación de nuestros hijos, de los más chicos, de los adolescentes… La adaptación acá puede acomplejarse un poco más.
Las exigencias, los contenidos, PDFs, cantidades de tarea, videos explicativos, clases por videollamada, trabajos de investigación, etc, etc, etc… A veces las explicaciones no bastan, los libros no se hacen entender a la primera lectura, y algún que otro problema matemático no le encontramos solución. Estos y muchos más son los problemas que se dan día a día en las casas de familias con hijos en edad escolar, y en casas de docentes que buscan los mil recursos para que el aprendizaje sea de la manera más amena y pedagógica posible. Sin embargo, los padres tienden a desesperar, exigir, no saber qué hacer, y los niños a frustrarse si algo no sale, a dispersarse, a aburrirse o negarse a hacer la tarea.
Tenemos que entender que el aprendizaje se está adaptando a las circunstancias y nosotros también a ellas. El contacto humano, la presencia del docente, el espacio físico de la institución que da un orden, un horario, una planificación, hoy no está, por lo que no podemos esperar que el aprendizaje se de en igual manera que en situaciones habituales.
También debemos aceptar que los adultos no somos docentes, no sabemos todo y no tenemos por qué saberlo, y desde esa aceptación propia poder afrontar alguna adversidad que se dé con nuestros chicos, y ayudarlos poniéndonos a la par de ellos, con la intensión de aprender, que es algo que al fin y al cabo estamos en la misma situación, TODOS ESTAMOS APRENDIENDO.
Demostrar que no todo sale tan fácil, y que no hay nada de malo en el error, sacarle la connotación negativa, de los errores aprendemos, crecemos, cambiamos; volver a aprender y darle un significado más amplio al error para que nos nutra y lo podamos aprovechar, sin que produzca conductas negativas en nosotros.
¿Cómo ayudamos además de esto?
· Organizar el día: no todos los días son iguales. La semana debe diferenciarse del fin de la misma. Los días donde se estudia, se trabaja no son los mismos en donde podemos divertirnos y descansar.
· Mantener los horarios del sueño: es habitual que después de tantos días nuestro sueño comience a tener variaciones, tratemos de respetarlo lo más que podamos. Es importante para un buen aprendizaje, tener las horas de sueño suficientes, y descansar.
· Permitirse no saber: como padres nos desbordamos muchas veces ante el material, las tareas, las entregas de trabajos. No somos docentes, buscar ayuda, investigar con las herramientas que tengamos a mano, y demostrarle esto a los niños también. No sabemos todo, hay cosas que no nos salen tampoco , sin embargo juntos se le puede encontrar la solución
· Tener momentos de ocio: que no todo el día sea tarea. Necesitamos tener la rutina del día a día, pero que esta no dependa exclusivamente de la tarea. Cada actividad tiene su momento, y es importante también hacer actividad física, divertirse, relajarnos, jugar…
· Tener momentos en familia y momentos con uno mismo: ambos son igual de importantes, sociabilizar como tener nuestros espacios solos, en estos momentos ayuda a mantener el equilibro, relajarnos, descansar.
· Reinventarse, poner en juego nuestra creatividad
Lo importante es en esta etapa, ejercitar nuestra empatía, nuestra paciencia, con los otros y con nosotros mismos también, después de todo, todos estamos aprendiendo sobre la marcha
Lic. Florencia Flores
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